El esperanto nació en una época histórica optimista y favorable a la idea de una lengua internacional. Zamenhof lo lanzó en 1887 y ya en el año siguiente se fundó la primera asociación de esperanto en Núremberg (Alemania). El primer Congreso Universal se celebró en Boulogne-sur-Mer (Francia) en 1905 con la asistencia de 688 hablantes de veinte países.

El intento de reforma conocido bajo el nombre de Ido, amenazó con producir un cisma entre los hablantes de la lengua y dificultó durante algunos años el progreso del esperantismo, aunque su consecuencia positiva fue la fundación de la Universala Esperanto-Asocio (Asociación Universal de Esperanto) en 1908.

Tras la Primera Guerra Mundial, la clase trabajadora esperantista fundó la Sennacieca Asocio Tutmonda (Asociación Mundial Anacional), que contó con la ayuda de la URSS bolchevique hasta la llegada del estalinismo y la subsiguiente persecución del esperanto en la URSS. También en la Alemania nazi se prohibió y persiguió el esperanto, así como en la Rumanía de Ceaucescu, los EEUU de McCarthy e incluso la España franquista.

A partir de la Segunda Guerra Mundial, la Asociación Universal de Esperanto adquirió mayor prestigio gracias a un estilo más acorde con los nuevos tiempos.

Para saber más

Los comienzos

El Esperanto se da a conocer en 1887 con el llamado “Primer libro” (Unua libro), cuyo título real fue Lengua internacional. Prólogo y libro de texto completo para rusohablantes. El libro, o más bien folleto, contenía una introducción teórica a la lengua y seis textos a modo de ejemplo: las dos primeras poesías originales en esperanto, escritas por el propio Zamenhof, y algunas traducciones, como el padrenuestro, el inicio del Génesis de la Biblia y un poema de Heine. También incluía las 16 reglas básicas de la lengua y un minidiccionario con 917 raíces, así como una hoja para responder al autor mediante correo postal en la que el destinatario podía firmar la promesa de aprender el idioma si otros diez milllones de personas prometían lo mismo.

En seguida aparecen las versiones en polaco, alemán, francés e inglés, y ya en 1888 hay varios centenares de personas que aprenden el idioma por toda Europa e incluso en Estados Unidos. En ese año aparece el “Segundo libro” (Dua libro) con nuevos materiales traducidos y respuestas a las preguntas recibidas por correo.

El libro está firmado por el Doktoro Esperanto, un pseudónimo que en la lengua internacional significa “doctor esperanzado”, y que con el tiempo pasó a designar a la propia lengua. Pronto se sabe que el autor es un joven médico de Varsovia llamado L. L. Zamenhof.

Aunque el «Unua Libro» contenía la tarjeta con la promesa de aprendizaje junto a otros diez millones de personas, numerosos lectores se sintieron atraídos por la lengua y comenzaron a aprenderla sin necesidad de esperar a llegar a esa cifra, que tal vez se mostró demasiado optimista. En 1889 se publica un directorio, ya con más de mil esperantistas.

Pronto comienzan a formarse clubes de esperanto, entre ellos antiguos clubes de volapuk, un intento anterior de lengua internacional propuesto en 1879 por el sacerdote alemán Johann Martin Schleyer. Ya en 1889 aparece la primera revista La Esperantisto. Hasta ese momento el esperanto se ha empezado a extender por todo el mundo (en España hay esperantistas en 1889, y en 1890 aparece el primer método para hispanohablantes), aunque la mayoría de los usuarios se concentran el Centro y Este de Europa. Pero a partir de 1890 se genera en Francia un fuerte núcleo de esperantohablantes que enseguida toma las riendas del movimiento a nivel internacional.

Desde el principio se suceden los debates sobre posibles reformas de la lengua: de hecho hay modificaciones y propuestas de material nuevo que no aparecían en el Primer libro y que entran a formar parte del idioma. Sin embargo, las reformas más radicales se someten a un referéndum en 1894 y son rechazadas, por lo que la gramática del “Unua libro” queda como base de la lengua.

Otra fuente de inestabilidad surge a raíz de la prohibición por la censura zarista de La Esperantisto, en 1895, por contener un artículo del escritor León Tolstoy. Dado que en ese momento la revista es la fuente principal de comunicación de los hablantes de la lengua, cuya gran mayoría vive en el Imperio ruso, este golpe está a punto de causar la desaparición del movimiento esperantista. El testigo lo toma Lingvo Internacia en Suecia.

La consolidación

Por esas fechas comenzaron a publicarse los primeros libros, al principio traducciones de clásicos literarios hechas por el propio Dr. Zamenhof, aunque pronto se unirían otros escritores que también empezaron a escribir poesía original.

Al mismo tiempo se empiezan a crear las primeras asociaciones nacionales para la difusión del idioma, así como las internacionales que agrupaban a los hablantes de acuerdo con sus aficiones, ideología o intereses. El número de hablantes comenzó a crecer a buen ritmo y se contó con el apoyo de personalidades e instituciones.

El primer intento de encuentro internacional tuvo lugar en 1904 en Calais (Francia), donde unas decenas de esperantistas franceses y británicos se reunieron para sopesar la posibilidad de organizar un acontecimiento de más enjundia. El año siguiente cuajó por fin la creación de una asociación internacional, la Liga Esperantista Mundial (Tutmonda Esperanto-Ligo), que ese mismo año organiza el primer congreso internacional en la localidad francesa de Boulogne-sur-Mer.

La reunión fue un éxito total, pues reafirmó la confianza de los hablantes en las posibilidades de la lengua como medio de comunicación real, y no sólo teórico. El discurso inaugural de Zamenhof entusiasmó a los asistentes y ayudó a consolidar el apoyo a las ideas pacifistas implícitas en la lengua.

De hecho, ese éxito animó a organizar encuentros similares en años sucesivos. Desde entonces, todos los años (con excepción de las interrupciones debidas a las dos guerras mundiales) se han desarrollado los llamados “Congresos Universales de Esperanto”, más de 100 hasta la fecha.

El Congreso de Boulogne sirvió también para discutir las principales divergencias dentro del movimiento esperantista. Una de las más importantes oponía a quienes veían el esperanto como una forma de alcanzar el entendimiento entre los pueblos y, en última instancia, de conseguir la paz mundial (lo que se denominó “la interna ideo”, la idea interna del esperanto), frente a quienes preferían que fuera solo un instrumento neutral de comunicación internacional para la ciencia, el comercio y la diplomacia. Se llegó a un acuerdo mediante la “Declaración sobre la esencia del esperantismo” o simplemente “Declaración de Boulogne”, que definía el esperantismo como “el esfuerzo por difundir en todo el mundo el uso de la lengua neutral esperanto que debe servir para la comprensión mutua entre personas de distintas lenguas” y aclarando que, en cualquier caso, esperantista es “cualquier persona que sabe y utiliza la lengua esperanto, sin importar con qué objeto”.

La Declaración contenía también un compromiso para la cuestión de las reformas y la evolución de la lengua al afirmar que “la única ley que será obligatoria en adelante para todos los esperantistas será la pequeña obra titulada ‘Fundamento de Esperanto’, que nadie tiene derecho a modificar”. El Fundamento es básicamente el “Primer Libro” de Zamenhof, que se considera intocable, aunque se permite la evolución natural de la lengua dentro de esos límites.

Para conservar y proteger esos principios y guiar la evolución de la lengua se aprobó en el congreso la creación de un “Lingva Komitato” (Comité Lingüístico), que daría lugar más adelante a la actual “Akademio de Esperanto” (Academia del Esperanto).

En este primer congreso se debatió también sobre la organización de lo que empezaba a llamarse el movimiento esperantista. Este apartado quedó sin solucionar de forma satisfactoria, dadas las diferencias y, en ocasiones, los enfrentamientos personales entre esperantistas.

De hecho, en 1907 se produjo la mayor de las crisis que afectaron al esperanto, cuando algunos destacados esperantistas, encabezados por el secretario de la liga francesa, Louis de Beaufront, apoyaron una versión reformada del esperanto llamada «ido». Este proyecto atrajo a una parte importante de los dirigentes esperantistas, especialmente en Europa Occidental. Sin embargo, la mayoría de los hablantes se mantuvo fiel a la versión fijada por el Fundamento, aunque los intentos de buscar alternativas al esperanto no cesaron en las dos décadas siguientes.

En 1908 se fundó la Asociación Universal de Esperanto (Universala Esperanto-Asocio, UEA), que pretendía unir a los hablantes de la lengua en una organización supranacional que fomentara el apoyo mutuo y la utilización práctica del idioma. Sus fundadores fueron dos jóvenes suizos, Hector Hodler y Edmond Privat. UEA sigue siendo hoy la principal organización del movimiento esperantista, aunque su naturaleza y funcionamiento han cambiado notablemente durante este tiempo.

El mayor impacto negativo sufrido por el esperanto se debió al comienzo de la Primera Guerra Mundial en agosto de 1914. No solo porque el conflicto coincidiera prácticamente con el comienzo del 10º Congreso Internacional de Esperanto en París, una conmemoración en la que había depositadas muchas esperanzas y a la que se habían adherido una cantidad notable de esperantistas y simpatizantes, sino también, y muy especialmente, porque la guerra y el crecimiento desmesurado de los sentimientos patrioteros y belicistas supusieron un importante golpe al movimiento de la lengua internacional, cuyos ideales de paz y comprensión entre los pueblos se vieron brutalmente desacreditados.

Además, durante la guerra falleció el Dr. Zamenhof en la Varsovia ocupada. Poco antes de su muerte en 1917, había publicado un Llamamiento a los diplomáticos en el que propugnaba que, tras el cese de las hostilidades, se establecieran mecanismos para acabar con las tensiones nacionales y evitar futuros conflictos bélicos.

Por fortuna, la UEA mantuvo su actividad durante la guerra y desempeñó un destacado papel en los intentos de disminuir los sufrimientos de los participantes mediante labores de comunicación e intermediación. Una vez acabada la guerra, contribuyó al renacimiento del esperanto como una alternativa a las tendencias bélicas de los nacionalismos.

Renacimiento, florecimiento y persecuciones

Tras la Primera Guerra Mundial la llama del esperantismo volvió a avivarse y se retomaron las actividades culturales y de difusión del idioma. De alguna manera, incluso la conciencia de las recientes tragedias causadas por los imperialismos y nacionalismos dio lugar al resurgir de ciertas doctrinas pacifistas e internacionalistas como el esperanto.

La creación de la Liga (o Sociedad) de Naciones dio alas a esas tendencias. Una propuesta formal, apoyada por numerosas delegaciones y por varios intelectuales, como el ingeniero español Leonardo Torres Quevedo, promovió asignar al esperanto un papel importante en la organización. La propuesta, sin embargo, contó con la enérgica oposición del gobierno francés, que veía amenazado el papel de su lengua en las labores diplomáticas, por lo que fue finalmente rechazada. La situación se reprodujo más tarde en el Comité de Cooperación Intelectual de la Liga (considerado por algunos autores como el precedente de la UNESCO) que, si bien reconoció la importancia cultural de la lengua, también rechazó las propuestas para dar al esperanto un papel más oficial, de nuevo por presiones del gobierno francés. El reconocimiento más importante de aquella época tuvo lugar en 1924, cuando la propia Sociedad de Naciones recomendó la declaración del esperanto como «lengua clara» para la redacción de telegramas (y no como un mero código). La Unión Postal Universal hizo efectiva esta recomendación un año más tarde. Cabe destacar que en los años 20, diversas conferencias internacionales promovieron el uso del esperanto en campos como la ciencia y el comercio.

En otro ámbito muy distinto, algunos sectores del entonces pujante movimiento obrero vieron en el esperanto la posibilidad de hacer avanzar el llamado internacionalismo proletario y crearon sus propias organizaciones. Aprovechando el Congreso Universal de Praga, en agosto de 1921 se fundó una nueva organización para agrupar a los trabajadores que quisieran emplear el esperanto como medio de comunicación al servicio de la lucha social. La denominación elegida fue Sennacieca Asocio Tutmonda (SAT). El nombre es de difícil traducción, ya que emplea dos palabras sin equivalente exacto: tutmonda quiere decir “mundial”, mientras que sennacieca, que podríamos traducir como “anacional”, hace referencia a que la asociación no utiliza como base de su estructura la referencia de las naciones. SAT agrupaba (y agrupa) a tendencias muy diversas dentro del ámbito de las ideologías laboristas: anarquistas, comunistas, socialistas, etc. Durante muchos años tuvo una gran importancia en la difusión del esperanto entre las capas populares, con una personalidad propia muy destacada y una labor cultural muy apreciable.

El final de los años 20 y el comienzo de los 30 fueron una especie de Edad de Oro para el movimiento esperantista. También la actividad literaria se incrementó notablemente y convirtió al esperanto en una lengua madura, con poetas tan populares como prestigiosos, encuadrados en su mayoría en la llamada Escuela de Budapest.

Por desgracia, el enrarecimiento de la situación internacional y algunos acontecimientos en países donde el esperanto tenía una base social importante perjudicaron de nuevo, y esta vez con más intensidad, las perspectivas del movimiento esperantista a finales de los años 30.

La primera gran persecución se produjo en la Alemania nazi. El carácter internacionalista del esperanto, el hecho de haber sido iniciado por un judío, y la existencia de un importante movimiento obrero esperantista despertaron la hostilidad de Hitler, que en su libro Mein Kampf condenó el idioma tildándolo de instrumento de la conspiración judía. Al poco de llegar al poder, los nazis prohibieron los grupos obreros esperantistas, que habían adquirido una gran importancia en los países de habla alemana, y encarcelaron o asesinaron a algunos de sus principales activistas, además de confiscar sus bienes, como la principal editorial de literatura obrera en esperanto, Ekrelo.

Aunque los responsables de la parte neutral del movimiento intentaron adaptarse a la nueva situación asumiendo algunos de los postulados del régimen y llegando a expulsar a los miembros judíos de sus filas, no les sirvió de nada: en mayo de 1935, el Ministerio de Educación alemán prohibió la enseñanza del esperanto en los centros de enseñanza. Como justificación, en el decreto se afirmaba que el idioma internacional contribuía a la “debilitación de los valores esenciales del carácter nacional”. Poco después, la Asociación Alemana de Esperanto fue obligada a disolverse por decreto y se prohibió toda propaganda a favor del idioma. Numerosos esperantistas fueron víctimas del nazismo, en algunos casos por sus actividades, y en otros por su condición de judíos, como los tres hijos del doctor Zamenhof. Solo dos miembros de esta familia,la nuera y un nieto, el ingeniero Louis-Christophe Zaleski-Zamenhof (fallecido en 2019), salvaron milagrosamente la vida. Otras víctimas fueron los escritores Leo Belmont o Israel Lejzerowicz.

Otros regímenes cercanos al nazismo que también mostraron su hostilidad al esperanto fueron Japón, que persiguió el movimiento esperantista obrero y acosó a su líder internacional, Eugenio Lanti, y Portugal, que cerró en 1936 los centros esperantistas.

En 1937, otro golpe imprevisto cayó sobre el movimiento esperantista: se prohibió la Asociación Soviética de Esperanto y se encarceló y ejecutó a la mayor parte de su directiva. Fue una sorpresa porque el esperanto había alcanzado gran auge en los primeros tiempos de la Revolución rusa al percibirse como un elemento más del internacionalismo teóricamente promocionado por las nuevas autoridades. De todos modos, hay que decir que estos esfuerzos no siempre fueron apoyados por las jerarquías del régimen: de hecho, el intento de usar el esperanto como una lengua más en el seno de la Tercera Internacional (propuesto, entre otros, por el dirigente anarcosindicalista español Ángel Pestaña), quedó en agua de borrajas.

En cualquier caso, durante los años 20 y comienzos de los 30, se organizaron numerosos cursos y se crearon clubes en toda la Unión Soviética, se favoreció el intercambio de correspondencia con obreros de otros países (en parte con fines propagandísticos), e incluso surgió una importante escuela de literatura revolucionaria en esperanto. Sin embargo, el ambiente fue cambiando progresivamente, en especial tras los conflictos en el seno del movimiento esperantista obrero internacional y la hostilidad de algunos de sus dirigentes hacia el régimen soviético. Los esperantistas pasaron a resultar sospechosos por sus contactos internacionales y pronto fueron acusados de ser “cosmopolitas y espías”. A finales de los 30, durante el periodo de las llamadas Grandes Purgas, el régimen estalinista descabezó el movimiento esperantista organizado y ejecutó a varios de sus elementos más destacados, como el secretario general, Ernst Drezen, y los destacados escritores Vladimir Varankin y Eugenio Mijalski. Se eliminó toda actividad a favor del esperanto, así como los contactos con el exterior.

La nueva política de Stalin basada en el nacionalismo ruso, que favorecía la utilización del idioma de ese país como elemento de cohesión social, desempeñó un papel importante en la prohibición del esperanto. El propio Stalin no miraba con buenos ojos la aceptación de una lengua internacional planificada. En los países comunistas del este de Europa también se torpedeó la actividad a favor del esperanto, aunque el idioma no se llegó a prohibir explícitamente en la mayoría de ellos.

La muerte de Stalin relajó la persecución y, poco después, se fueron reiniciando las actividades de difusión y cultivo del idioma, primero en las democracias populares, y luego en la propia Unión Soviética, aunque sin la fortaleza alcanzada veinte años atrás.

En España el régimen de Franco trató con desconfianza al movimiento esperantista, pues la mayoría de sus miembros se había decantado por la legalidad republicana, e incluso algunos de sus dirigentes, como el coronel Julio Mangada, habían sido destacados defensores de la Segunda República. No obstante, a finales de los años 40 algunos esperantistas, principalmente procedentes de círculos católicos, reiniciaron las actividades de difusión y relanzaron, con dificultades, el movimiento esperantista local.

También en Estados Unidos se produjeron episodios de hostilidad durante el período del macartismo basándose en el presunto carácter universalista y “antiamericano” del esperanto. Los incidentes no pueden calificarse de persecución, pero durante algunos años se frenó el crecimiento del esperanto en ese país, y en algunos círculos conservadores se ha mantenido la hostilidad al idioma hasta la actualidad.

Tras la guerra

El inicio de una nueva guerra mundial produjo un parón de las actividades esperantistas y un nuevo ataque a los ideales que el idioma comportaba. No obstante, tras la guerra renació una vez más la actividad en favor del esperanto y se refundó la Asociación Universal de Esperanto (que databa de 1908) con un carácter más institucional.

En 1954 la UNESCO reconoció en su Conferencia General los méritos del esperanto, e instó a los gobiernos a favorecerlo. No obstante, su uso en las organizaciones internacionales continuó siendo reducido.

Gracias al impulso del profesor Juan Régulo Pérez, en los años 50 se creó en La Laguna (Canarias) la editorial Stafeto, que durante los años siguientes fue el referente en la edición de literatura en esperanto. Lanzó, entre otros, a los miembros de la llamada Escuela Escocesa, sucesora de la Escuela de Budapest y antecesora de la Escuela Ibérica. Estas tres escuelas literarias han sido las más influyentes y vanguardistas de la prosa y poesía originales en esperanto.

El final de los años 60 y el comienzo de los 70 marcaron una evolución de las ideas de los hablantes de la lengua, que apostaron por la creación de una comunidad propia con un menor énfasis en la actividad institucional. También se vivió un fuerte renacimiento del movimiento esperantista en el este de Europa, una vez superados los obstáculos que había creado el estalinismo, pues el esperanto demostró ser una de las mejores vías para relacionarse con personas de otros países y para conocer otras formas de vida y cultura.

Los avances de la globalización económica y la consolidación de la hegemonía de los Estados Unidos provocó en los años posteriores un reflujo en el interés por el esperanto, asociado a la percepción del inglés como la nueva lingua franca de la humanidad, especialmente en los ámbitos de los negocios, la ciencia y la tecnología.

Los últimos años han visto, sin embargo, un renacimiento en el interés por el esperanto, ligado sobre todo a las facilidades para la comunicación internacional que ofrecen las nuevas tecnologías. Los contactos internacionales se han multiplicado, las reuniones internacionales han aumentado en variedad y difusión, y la colaboración entre personas de países y culturas diferentes han alcanzado niveles que los antiguos esperantistas no habrían podido ni soñar.

Y no olvidemos el hecho de que cada vez más personas se dan cuenta de que el uso de una lengua nacional para la comunicación internacional implica una ventaja injusta para los hablantes nativos, así como unos beneficios económicos, de prestigio y de poder para sus países. Todo ello, junto con las limitaciones para comunicarse de igual a igual cuando empleamos una lengua nacional, ha creado un nicho para un idioma que siempre ha hecho gala de su carácter neutral e igualitario.

Para profundizar recomendamos el libro en castellano “El hombre que desafió a Babel”, de René Centassi y Henri Masson, GRAM ediciones, Madrid, 2005.
Sobre las persecuciones al esperanto, véase Ulrich Lins, “La danĝera lingvo” (La lengua peligrosa).
Basado en parte en textos de http://www.delbarrio.eu/historia.htm.

1887 El doctor Lázaro Luis Zamenhof edita en Varsovia el primer libro sobre la Lengua Internacional bajo el seudónimo Dr. Esperanto, que rápidamente se convierte en el nombre de la lengua.

1888 En Núremberg (Alemania), el periodista Leopold Einstein funda el primer grupo de esperanto.

1889 Leopold Einstein funda la primera revista en esperanto, La esperantisto (El esperantista).

1898 El ex -presidente de la Primera República, Francisco Pi y Margall, da a conocer el esperanto en Madrid mediante un artículo publicado en el periódico El Nuevo Régimen (enero de 1898).

1903 Se crea la Sociedad Española para la Propaganda del Esperanto, primera asociación de ámbito nacional dedicada a la difusión del idioma.

1905 Primer Congreso Internacional de Esperanto en Boulogne-sur-Mer (Francia), con 688 participantes procedentes de 30 países. Desde entonces cada año, excepto en períodos bélicos, se ha celebrado un congreso internacional, además de multitud de encuentros, reuniones y actividades de todo tipo. Zamenhof renuncia a sus derechos de autor.

1906 En Brasil, mediante decreto ministerial, se declara al esperanto «lengua clara» en telegrafía.

1907 Se funda la Liga Brasileña de Esperanto.

1908 Fundación de la Asociación Universal de Esperanto (Universala Esperanto-Asocio, UEA). El intento de reforma del esperanto llamado ido amenaza con producir un cisma entre los hablantes de la lengua.

1909 Tiene lugar en Barcelona el 5º Congreso Universal de Esperanto. Alfonso XIII nombra a Zamenhof Comendador de la Orden de Isabel la Católica. En Argentina, mediante decreto ministerial, se permite la enseñanza del esperanto en las escuelas públicas.

1910 Se funda en Madrid la Asociación de Militares Esperantistas, cuyo fin es la difusión del esperanto en los ejércitos de tierra y mar como solución para el entendimiento mutuo entre militares de distintas nacionalidades.

1911 Se permite en España la enseñanza del esperanto en las escuelas oficiales y universidades mediante orden del Ministerio de Instrucción Pública aprobada el 27 de julio y publicada en la «Gaceta de Madrid» del 15 de agosto.

1916 Se funda la Asociación Argentina de Esperanto.

1917 Muere Zamenhof (1859-1917).

1919 La Academia de Esperanto, institución para salvaguardar la evolución de la lengua, adquiere su forma definitiva. Durante el Congreso de los Sindicatos Españoles se decide difundir el empleo del esperanto.

1920 El periodista Teo Jung funda en Colonia (Alemania) la revista Heroldo de Esperanto, que aún se sigue publicando.

1921 Tras la Primera Guerra Mundial, la clase trabajadora esperantista funda la Sennacieca Asocio Tutmonda (Asociación Mundial Anacional)

1922 La Tercera Asamblea de la Liga de Naciones acepta un informe sobre el esperanto como lengua auxiliar internacional en el que es reconocido como «lengua viva de fácil aprendizaje».

1924 Se funda la Sociedad Uruguaya de Esperanto.

1933 Los nazis prohíben el esperanto en Alemania, al igual que Stalin en la Unión Soviética. En ambos países se persigue a los esperantistas y se los envía a campos de concentración.

1936 Estalla la Guerra Civil y la actividad esperantista casi desaparece en España. Entre los miembros de las Brigadas Internacionales hay algunos hablantes de esperanto de los países del Este que establecen contactos esporádicos con españoles de la zona republicana. Después de la guerra, los esperantistas son perseguidos por el régimen instaurado por Franco.

1938 Se funda la Tutmonda Esperantista Junulara Organizo (Organización Juvenil Esperantista Mundial).

1947 Se funda la Federación Española de Esperanto.

1948 Se funda la Tutmonda Esperantista Ĵurnalista Asocio (Asociación Esperantista Periodística Mundial).

1950 Se prohíben las asociaciones de esperanto en Hungría. Se funda la Asociación Mexicana de Esperanto.

1951 Se funda la Asociación Venezolana de Esperanto. El Estado español permite de nuevo organizar cursos de esperanto.

1952 El Dr. Juan Régulo Pérez funda en La Laguna (Tenerife) la editorial Stafeto. Se prohíben las asociaciones de esperanto en Checoslovaquia. Se funda la Asociación Guatemalteca de Esperanto.

1954 Durante su Asamblea General en Montevideo (Uruguay), la UNESCO aprueba una resolución a favor del esperanto y establece relaciones consultivas con la Asociación Universal de Esperanto.

1955 Comienzan a resurgir los grupos de esperanto en Polonia, Bulgaria, Checoslovaquia, Hungría y la Unión Soviética.

1956 Cada vez se fundan más grupos de esperanto en los países en vías de desarrollo, como Vietnam (1956), Madagascar (1959), Líbano (1961), Zaire (1963) y Tanzania (1963).

1959 Radio Varsovia comienza a emitir con regularidad en esperanto.

1963 Se crea en la Universidad de La Laguna (Tenerife) la primera Cátedra de Esperanto, ocupada por el Dr. Juan Régulo Pérez, profesor de Lengua y Literatura Españolas.

1968 Se celebra en Madrid el 53º Congreso Internacional de Esperanto.

1970 El presidente de Austria, Franz Jonas, saluda en esperanto al Congreso Internacional de Viena. Antes de la Segunda Guerra Mundial había sido un miembro activo del movimiento laboral esperantista.

1981 Se celebra el 66º Congreso Internacional de Esperanto en Brasilia (Brasil)

1982 China introduce el esperanto en las escuelas superiores de magisterio.

1983 Con más de 5.000 participantes, se celebra en Budapest (Hungría) el mayor congreso mundial de esperanto hasta la fecha.

1985 La 23ª Asamblea General de la UNESCO en Sofía (Bulgaria) acepta una resolución a favor del esperanto con ocasión de su próximo centenario.

1987 El esperanto cumple cien años.

1990 Se celebra el 75º Congreso Internacional de Esperanto en La Habana (Cuba).

1993 Se celebra en Valencia el 78º Congreso Internacional de Esperanto.

1994 El profesor Reinhard Selten (Alemania) recibe el premio Nobel de Economía. Tras Alfred Fried (1911) y Daniel Bovet (1957) es el tercer hablante de esperanto galardonado con esta distinción.

1996 En el marco del Congreso Internacional de Esperanto, celebrado en Praga, se firma el «Manifiesto del movimiento a favor de la lengua internacional esperanto», más conocido como Manifiesto de Praga.

1997 La Asociación Universal de Esperanto lanza la «Campaña 2000 por un nuevo orden lingüístico internacional». La Federación Española de Esperanto colabora activamente.

1998 Willian Auld es propuesto para el premio Nobel de Literatura por su obra en esperanto.

2001 Se crea la versión en esperanto de la Wikipedia, que con el tiempo se ha consolidado como una de las versiones de mayor calidad y número de artículos en proporción al número de hablantes. Se lanza el portal de internet Lernu! (¡Aprende!), uno de los mejores medios de aprendizaje del idioma en la red.

2002 El 87º Congreso Internacional de Esperanto tiene lugar en Fortaleza (Brasil).

2003 Se conmemora el centenario del movimiento organizado en favor del esperanto en España. En el marco del 62º Congreso Español de Esperanto, se presenta el Gran diccionario español-esperanto de Fernando de Diego.

2010 El Congreso Internacional de Esperanto se celebra de nuevo en La Habana (Cuba).

2012 El servicio de traducción automática Google Translate incorpora el esperanto a su lista de lenguas. Se celebra en todo el mundo el 125 aniversario del nacimiento del idioma.