El esperanto llegó pronto a España. Ya en 1890 se fundó el primer grupo esperantista en Málaga. En 1898, Francisco Pi y Margall, el que fuera presidente de la I República Española, lo presentó en Madrid mediante un artículo en el periódico El Nuevo Régimen. En 1909, Barcelona acogió el 5º Congreso Internacional de Esperanto, bajo la protección de Alfonso XIII. Durante los años 20 y 30, el esperanto vivió su época dorada en España, con una notable difusión en diversos ámbitos.
La Guerra Civil y los años siguientes casi destruyen el movimiento esperantista. Sin embargo, con esfuerzo, se restableció la infraestructura necesaria para continuar. En 1948 se fundó la Federación Española de Esperanto, que sigue activa a día de hoy.
En 1963 se creó la primera cátedra de esperanto en la Universidad de La Laguna (Santa Cruz de Tenerife), dirigida por el Dr. Juan Régulo Pérez, un influyente editor y ferviente defensor del idioma, cuya labor se extendió durante 25 años. En 1968, el movimiento esperantista alcanzó un punto destacado al organizar el 53º Congreso Universal en Madrid, reuniendo a participantes de todo el mundo. En 1969 nació la Fundación Esperanto, que marcó un hito en 1977 al publicar la primera traducción completa de El Quijote al esperanto.
Con el retorno de la democracia, la Federación Española de Esperanto incrementó su presencia y fortaleció la conexión con el movimiento internacional. En 1993, Valencia fue sede de un nuevo Congreso Universal.
Hoy, el esperanto en España sigue siendo un movimiento muy activo, con grupos organizados en numerosas ciudades que trabajan para difundir el idioma, promover su enseñanza y fomentar su uso en diversas actividades culturales. La comunidad esperantista española también participa en encuentros internacionales y eventos dedicados al intercambio lingüístico, atrayendo cada año a nuevos hablantes interesados en el ideal de una comunicación global más equitativa.
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