Ha fallecido Louis-Christophe Zaleski-Zamenhof, único nieto del fundador del esperanto
Este 9 de octubre ha fallecido, en su domicilio de París, Louis-Christophe Zaleski-Zamenhof, nieto del iniciador del idioma internacional del esperanto, Dr. Luis Lázaro Zamenhof, y único miembro de la familia Zamenhof que sobrevivió al Holocausto.
Zaleski-Zamenhof nació en Varsovia en 1925, con el nombre Ludwik Zamenhof, como su abuelo. Su padre, Adam Zamenhof, prestigioso médico oftalmólogo, fue asesinado por las tropas nazis tras la invasión de Polonia. También fallecieron por su condición de judías, sus tías Sofía y Lidia. Solo la esposa de Adam y su hijo fueron capaces de escapar del gueto de Varsovia y escapar a la misma suerte. Luis tomó un nombre ficticio, Krzysztof Zaleski, que en combinación con el suyo propio conservó tras la guerra.
Zaleski-Zamenhof se especializó en ingeniería civil y desarrolló una brillante carrera profesional, en su país natal primero y más adelante en París, donde se afincó a finales de los años 50 y donde adaptó su nombre al francés. Sus proyectos de ingeniería están extendidos en numerosos países del mundo.
Mantuvo contacto con el mundo del esperanto, donde, incluso en su vejez, era conocido afectuosamente como “El Nieto”, y durante muchos años fue habitual su saludo en eventos de hablantes del idioma saludando como representante de los miembros de la familia. En los últimos años, ante el deterioro de su salud, el papel lo han tomado sus hijas, una de las cuales, Margareta Zaleski-Zamenhof, participó en el Congreso Español de Esperanto que tuvo lugar en Málaga en mayo del 2019.
Las interesantes vidas de ambos, abuelo y nieto, se recogieron en un libro de entrevistas de Louis-Christophe con el periodista polaco Roman Dobrzynski, publicado con el nombre “La calle Zamenhof”. En 2017, con ocasión del centenario de la muerte del Dr. Zamenhof, la Federación Española de Esperanto colaboró en la edición, a cargo de la editorial aragonesa Certeza, de la versión española del libro.
Los esperantistas españoles y de todo el mundo desean mostrar su pena por el fallecimiento del ingeniero Zaleski-Zamenhof, recuerdan la trágica suerte de la familia Zamenhof, víctimas de los prejuicios de un régimen totalitario, y festejan la vitalidad de una lengua que, iniciada por su abuelo, continúa siendo un lazo de comunicación y amistad por encima de barreras geográficas y sociales.