Federación Española de Esperanto

Las traducciones de obras universales al esperanto

Uno de los primeros objetivos cuando el Dr. Zamenhof propuso el esperanto como idioma internacional fue el de servir de puente cultural entre personas de diferentes medios lingüísticos. Y uno de los medios para alcanzar este objetivo fue el de la traducción de la literatura de los distintos países y lenguas. La traducción de obras literarias procedentes de todos los idiomas y culturas es una de las aplicaciones más conocidas del esperanto y de las primeras que se emprendieron.

De hecho, el llamado "Primer Libro" de 1887, que presentaba los elementos básicos del idioma, contenía un poema de Heinrich Heine, que junto con algunos textos religiosos pueden ser considerados como las primeras traducciones en la nueva lengua.

La traducción de textos literarios fue uno de los primeros usos del esperanto, no sólo por parte del Dr. Zamenhof, sino por los pioneros del idioma. El objetivo era doble.

Por un lado, se trataba de cumplir uno de los objetivos de la lengua: poner en comunicación a las diferentes culturas del mundo, mediante una traducción de los tesoros literarios de cada país en un idioma que el resto de habitantes del mundo pudieran entender.  Así, fue habitual que en cada país a donde llegó la lengua creada por Zamenhof, los primeros hablantes comenzaran a traducir textos de sus respectivas tradiciones literarias.

Por otra parte, la traducción de textos literarios presentaba para el esperanto la posibilidad de probarse y desarrollarse como lengua normal. Al fin y al cabo, como algún autor hizo notar, escribir textos originales en la lengua presentaba la opción de expresar sólo aquellas frases ya existentes, mientras que la traducción obligaba al escritor a encontrar la manera de presentar en esperanto cualquier expresión existente en otras lenguas.

El propio Dr. Zamenhof mostró el camino, comenzando de forma inmediata la traducción de obras maestras de la literatura universal. En el año 1894 apareció su traducción de “Hamlet”, de William Shakespeare. Se trataba de un desafío impresionante (¡la versión respeta la forma en verso del original!), que no sólo supuso una clarísima demostración de la potencialidad y viabilidad del nuevo idioma, lo cual tuvo un importante efecto propagandístico, sino que además se sigue leyendo y reeditando en la actualidad, y se ha convertido en un clásico de la nueva lengua.

En años sucesivos Zamenhof tradujo otras obras de otras culturas, como “Los bandidos” de Schiller, “El inspector” de Gogol, “Ifigenia en Táuride” de Goethe, “Marta” de Orzeszko, los cuentos de Andersen, además de todo el Antiguo Testamento.

Por estas razones antes indicadas, los literatos de la primera época se dedicaron sobre todo a la traducción. Entre ellos se debe citar a los polacos Antoni Grabowski y Kazimierz Bein.

Grabowski suele ser considerado el primer hablante de esperanto externo a la familia Zamenhof. Químico de profesión, tenía un gran talento literario, y a él se deben las primeras recopilaciones de poemas, la primera en 1893, y la segunda, "El Parnaso de los pueblos", en 1913, una colección de traducciones procedente de 33 lenguas. También produjo un monumento que en su momento causó sensación, la versión (1918) de la epopeya nacional polaca, "Pan Tadeusz", de Adam Mickiewicz, que respetaba no sólo el contenido sino también la versificación.

Kazimierz Bein, médico, fue más conocido por su pseudónimo Kabe. Se le considera el primer estilista en esperanto, poseedor de un estilo muy natural y fluido. Su principal obra, la traducción (1907) de "El faraón" de Bolesław Prus, es aún hoy una lectura muy popular entre los esperantistas. Kabe es también famoso por su súbito abandono del movimiento esperantista, lo que ha dado una palabra en esa lengua (kabei) para denominar ese tipo de actos.

A partir de las primeras décadas del siglo XX la traducción se extendió a todos los idiomas y culturas, y aunque la producción original comenzó a desarrollarse, continuó siendo una de las principales ocupaciones de los esperantistas con ambiciones literarias.

Podrían citarse literatos de todas las lenguas y nacionalidades, pero podemos resumirlos en la figura del húngaro Kalman Kalocsay, uno de los principales desarrolladores del lenguaje poético en esperanto. Fue un autor muy prolífico, tanto en obras originales como traducidas. A título de ejemplo, se pueden citar sus compilaciones "Eterna Bukedo" (1931) y "Tutmonda sonoro" (edición de 1981), colecciones de la poesía mundial, con poemas procedentes de más de 30 lenguas, incluyendo clásicas y minoritarias.

En los años 20 y 30 vieron la luz varias antologías de literatura de distintos países y lenguas. Una de las primeras y más importantes fue la "Antología Catalana" (1925), colección de la literatura catalana de todas las épocas, coordinada por Jaume Grau Casas y en la que participaron algunos de los más destacados poetas catalanes en esperanto de la época. Su éxito a la hora de difundir la cultura catalana por el mundo fue sobresaliente, y un ejemplo para otras culturas desconocidas o minoritarias.

El esperanto ha servido de vehículo de difusión de los monumentos de la cultura internacional. En los años 60, bajo los auspicios de Unesco, tras el reconocimiento que el esperanto había recibido de esta organización internacional, y como forma de contribuir al diálogo entre las culturas, los continentes y las civilizaciones, la Asociación Universal de Esperanto (UEA) lanzó una Serie Oriente-Occidente, especialmente dedicada a la traducción de grandes obras de todas las culturas. Entre ellas pueden citarse obras del indio Tagore (que inauguró la colección), el japonés Oogai, el argentino Hernández (“Martín Fierro”), el portugués Camões, los rusos Pushkin y Dostoyevski, el francés Sartre, y muchos más. Un libro recopilado por el aventurero Tibor Sekelj, "Elpafu la sagon" ("Dispara la flecha", 1983) recogía poesía de la tradición oral de numerosos pueblos indígenas de todos los continentes. Precisamente en esta colección apareció en 1969 la traducción del Corán (“La Nobla Korano”), el libro sagrado de la religión musulmana. En cuanto a la Biblia, el mismo Zamenhof comenzó a traducirla desde el hebreo (partes del Antiguo Testamento) y en 1926 ya se disponía de una traducción completa, que luego se ha ido mejorando (el último texto revisado es de 2006 publicado también en la Serie Oriente-Occidente).

Actualmente los esperantistas con inclinaciones literarias se orientan más hacia la creación original, pero la traducción al esperanto continúa siendo muy importante como conector entre culturas. No son pocas las obras en que el esperanto ha servido de puente para realizar una traducción indirecta entre lenguas medianas, para las que es difícil encontrar un traductor bilingüe competente. Por ejemplo, una parte de la literatura checa se conoció en Japón gracias a este sistema y a los esfuerzos del esperantista Kurisu Kei (posteriormente traductor directo).

La traducción literaria se ha normalizado, y ha perdido el papel privilegiado de que gozó en un principio. Además, ha madurado y se ha diversificado. Podemos mencionar la traducción de obras populares, incluyendo policíacas (están traducidas obras de Conan Doyle, Agatha Christie, Georges Simenon), fantásticas (el gran escritor William Auld tradujo las novelas de Tolkien), ciencia ficción (con una interesante colección en el sello “Sferoj”). También puede citarse la literatura infantil, como Pippi Långstrump o los Mumin. O cómics como Tintín y Astérix.

También se dispone en esperanto de traducciones de obras importantes de la cultura internacional, como “El origen de las especies” de Darwin, “La República” de Platón, “El capital” de Karl Marx  o “El libro de las maravillas” de Marco Polo.

Muchas traducciones pueden encontrarse en la red, y sirven aun hoy como forma de conectar las culturas y lenguas, incluso las más minoritarias.

NOTA: Sobre la traducción desde el castellano y otras lenguas españolas, ver en una página aparte.

Basado en parte en textos en http://www.delbarrio.eu/literatura.htm
Para saber más: Antonio Valén: “El esperanto: lengua y cultura”, mga, Santander, 2004.
Geoffrey Sutton: “Concise Encyclopedia of the Original Literature of Esperanto 1887-2007”, Mondial 2008.